No debo sentirme desgraciada. No lo soy.

No lo soy.
No lo soy.
No lo soy.
No lo soy.
No lo soy.
No lo soy.
No lo soy.

...porque el dolor sólo surge ante la comparación.

Sí, la comparación duele. La realidad en sí, no.

Ah!
Tengo sueño. Demasiado para mi gusto. ¡Cómo me cuesta organizarme! No sirvo para el tiempo.

Todavía no usé mi bento. 
Este mes no voy a ir al gimnasio.
Estoy feliz, pero hay ciertas adicciones que no puedo controlar.
Me desespero fácilmente.
Sigo con sueño.
Quiero tantas cosas.
Odio ser dependiente (money money money...)

¡Qué cagada, che!

Nunca me había pasado esto. Digo, recordar a alguien en cada cosa que veo.

Sí, pero no.

No, porque cuando me quiero dar cuenta, estoy sonriendo.
Es la primera persona con la cual me pasa esto, supongo. Pero es que, todavía, duele.

Tengo mi bento *--*!

Mayor felicidad, imposible.

Dolor de riñones. Cosas que sólo la depresión puede causar.

[...]

Oh, es genial esto.
Digo, salir, olvidarte que el mundo está colapsando.