Días complicadamente felices.
A veces, simplemente las bromas e ironías se escapan de mis manos y no encuentro forma de volver atrás...
Descubro que llora y me destroza el corazón.
Soy una persona demasiado cruel, seguramente.
Y contrariamente, cuando veo cada lágrima derramada, comienzo a desear poder borrar toda su tristeza, pero, orgullosamente, me quedo en silencio.
- Te amo tanto...No quiero herirte más. No puedo evitarlo, siempre llorás por mi culpa...
- No podés herirme, me hacés muy felíz. Por eso sé que no podés hacerlo...Lloro porque querés dejarme...