Se me rompió un plato. Vi como caía lentamente frente mío y no pude hacer nada para detenerlo.
Me enteré de que eras medio falso. Y pensé:
................................................................-Se supone que con gente así no me relaciono.
No te puedo dejar. Te amo demasiado.
El bendito esmalte de color negro cayó sobre mis zapatillas rosas a lunares, mis favoritas.
Maldito infierno de pequeñas cotidianidades caóticas.
Hoy no es mi día.
Hoy no es mi día.