Recuerdo que antes solía leer muchos libros. Me encantaba escapar a otro lugar, la sensación de sentir que el mundo se calmaba sólo para mi.
Me gustaba también mirar al techo y fundirme con el verde de las paredes. Pero lamentablemente el viento me recordaba que el tiempo que tenía para descansar era poco y que debía aprovecharlo.
[Naturalmente, lo aprovechaba durmiendo; pero no era como una siesta común y corriente. No. Esta era una combinación de todo lo anterior y más, porque a los sueños se les sumaban sensaciones concretas]
Es obvio que con el tiempo y la costumbre, yo también empecé a escribir. Pero ahora me pregunto, ¿en dónde quedó todo eso?