Estoy escuchando una muy buena banda mientras me dan ganas de acostarme a dormir una siesta en Panamericana y hora pico. Seguramente algún día me arrepentiré de esto. O tal vez no. Ojalá que no. Ojalá que recuerde con amor y simple y llana melancolía.
Y ojalá que este pibe entienda que no. No da.