miércoles, 25 de julio de 2012

Cantando en el agua

Medianoche.

[Lo malo de las fotos viejas, de la melancolía,
de la tarde, del frío, del verano,
es que son meras variables.]


No, pará.
Es estúpido recordar.
Todavía no llegué a ese punto de la vida en el que hay que detenerse y dejar de recordar y anhelar todo lo que uno hizo; sino que hay que empezar a hacer algo totalmente diferente.

[Lo estoy haciendo, ¿entonces?]

En medio del brillo que reflejan las olas
Se desliza, como el cisne, el barco meciéndose;
¡Oh, en la alegría de estas ondas con suavidad brillante
se desliza el alma adelante como el barco;
Luego del cielo bajan sobre las olas
danzas del sol rojizo en todo el barco.

A través de los árboles del bosque del oeste
señales amistosas llegan de resplandor rojizo;
Bajo las ramas de la arboleda del este
murmullan los juncos en el brillo rojizo;
Alegría del Cielo y de la paz de la arboleda
respira el alma en el resplandor del atardecer.

¡Oh, el tiempo se desvanece en alas de rocío
para mi, meciéndome sobre las olas;
Mañana, desaparecerá con alas brillantes
otra vez, como ayer y hoy,
Hasta que, en un ala más alta y radiante,
Yo mismo desaparezca en el paso del tiempo.