miércoles, 10 de abril de 2013

Duele dejar a una persona, pero duele más cuando todavía la amás.
Duele amar a una persona que ni siquiera conocés, idealizada; pero duele más cuando ya estas conscientes de sus defectos y los aceptás, cuando ya no podes resistirte a su personalidad, porque ya no hay nada que te resulte una incógnita.

Duele verlo llorar por vos.

Acá estoy, en un shopping, esperando que mi vieja aparezca para poder volver a mi casa. Estos 30 minutos van a ser eternos.

Miles de mujeres piden todos los días que no la olviden. Yo le pedí que mi recuedo no volviera a ver la luz.

De verdad,
Me siento morir.

Que suerte que está lloviendo. No soportaría que todos fuesen felices. Todos, menos yo.