domingo, 21 de octubre de 2012

Crónica(s)* de la salida de la chica antisocial

Si sé que el mundo tiene su lado mierda y lo acepto, no tratés de suavizar el tuyo.

[O sea, tu lado mierda]

* La "s" es opcional

jueves, 11 de octubre de 2012

Psicópata

-Estaba stalkeándote y... No, no me mirés así. Todos stalkean a alguien y esa vez te elegí a vos, así que sentite privilegiado. Sh sh shhh, no me interrumpas, me dijiste que me ibas a dejar hablar. Bueno... estaba stalkeándote y viendo un montón de fotos que hay en tu perfil y pensé «qué copada tu vida». Después me acorde qué mi vida era y es a veces así, pero no se nota [supongo qué porque no la subo a internet]. Aún así, lo qué más curiosidad me daba era saber cómo sos vos en realidad [tu avatar me confunde mucho: estoy empezando a pensar que de verdad sólo sos un dibujito] y entonces empecé a ver foto por foto por foto... Hasta que llegué a la supuesta foto verdadera. Hice click, pero no cargaba. Esperé y nada. Otra vez un click y nada. Empecé a tener sueño, pestañeé un par de veces y mis ojos se cerraron mientras aparecía tu imágen de fondo...

miércoles, 10 de octubre de 2012

Glicosaminoglicanos

*Silencio*

Se escuchan cuchicheos, risas, gemidos y el rechinar de los resortes.
Me desespero.
Rodeada de oscuridad, entra una pequeña luz por una redija. Intento agarrarla, pero sólo puedo rozarla, se escapa a mi mano.

Me ahoga el no saber que tan grande puede llegar a ser esta habitación. No siento las horas pasar.

Otra noche enfermiza que agregar a mi colección.

viernes, 5 de octubre de 2012

[Cambiaría mi perfil de blogger, pero no.
Es una de esas cosas que
 me hacer sentir que las personas,
 los momentos vividos en aquella época, 
son ajenas al tiempo]

Incompatible conmigo

No puedo. No puedo con mis arranques de madurez, con mis retazos de adolescencia.
No quiero preguntarme más por qué cambié. No quiero pensar en todo lo que fue, lo que pudo haber sido. Tampoco quiero pensar en lo que es ni en lo que será.
No quiero pensar en lo que soy. No encuentro forma de compatibilizar estas dos vidas.

Son las tres de la madrugada y mañana se repite todo de cero, otra vez. Me despertaré tarde, enojándome conmigo misma por haber desaprovechado el día; llegaré tarde a la facultad, no encontraré lugar donde sentarme y sentiré vergüenza por las miradas del resto de la clase...

Saldré de clase viendo como se oculta el Sol, pensando que la noche me resulta más larga.
Me sentiré fastidiada con su cargoseo. Lo extrañaré cuando ya no esté conmigo.
Me acordaré con melancolía de mi adolescencia y la añoraré. Tendré un arranque de madurez y sentiré asco.

Me sentiré incompatible conmigo misma, otra vez.

De lo que aprendí en T

Cuando llegués a las típicas entradas de pendeja de 15 años, acordate: tenía 17, estaba en el colegio y era una estúpida.

Sigo siendo una estúpida, sólo que intolerante.

Y en la facultad, claro.
Mirá, te voy a decir una cosa: no sirvo para las relaciones sociales. Estoy condenada a la soledad, personal o virtual. Tal vez por eso hablo con tanta libertad acá [tengo un cartel que dice #ahmiráquéinteresantegordafrígidaintentodeputa pegado en la frente].

¿Vos sabés lo que se siente tener una persona que sea tu cómplice en todo? Porque yo no.

lunes, 1 de octubre de 2012

Te leo. Los leo y pienso que tal vez algún día sea así. Capaz que sea así naturalmente. Capaz que lo sea por seguir a otros...

[¿Hasta qué punto la relaciones sociales determinan la personalidad y la voluntad de los actos?]

Qué mala que soy expresándome. Ni que escribir fuese cómo coger.

Pero lo que más me pesa de este pensamiento es la posibilidad de mirarme a mi yo de ahora y sentir asco.

Eso, que el amor ya no exista y que no sepa coger.

Pibe, me abrís la cabeza, me cogés la mente. No doy más!

Y no. Cuando, ahora, pienso en amor, pienso en una suerte de proveedor sexual.