miércoles, 1 de diciembre de 2010

La escena perfecta, el sentimiento imperfecto.

Si no fuese por todo lo que sentía, por todo lo que me había dicho, por cada lágrima que derramaba, seguramente hubiese sido una escena de ensueño...

Digo,
brisa suave,
los rayos del sol que pasan levemente sobre las hojas,
su cabeza apoyada en mi hombro,

...me abrazaba.

Pero también,

lloraba.


Lloraba y yo no podía hacer nada para detenerlo.