domingo, 16 de febrero de 2014

El Loco

Qué ganas de morirse. No, no es cinismo ni pesimismo; pero lo pienso fríamente y estoy cansada de tan sólo pensar en todo lo que voy a tener que pasar en esta vida.

Hoy, en la cena, salió el tema de la familia. Di a entender que, con todas las carreras a las que me anoté, no sólo no iba a tener tiempo para respirar, sino que tampoco me importaba. Una persona se apresuró a preguntarme si, entonces, podría tener familia. Otra, más rápida que la primera, contestó que yo no deseaba tener un hijo. ¿Tanto se me nota la frialdad? ¿Y la ansiedad?

Toda la vida postergué los deseos de una vida mejor, esperando que al llegar a esta edad pudiese obtener todo lo que quisiera. 
No fue así. No es así. Y no es porque no progresé: fue el país lo que evitó que mejorara mi calidad de vida.

(Pero esa es otra historia)

Igual, todo este razonamiento no viene por ese lado. 


Es que 

o
.....t
r
a.....
 
v
....e
z....

gordaflashé con un pibe.