jueves, 20 de septiembre de 2012

Esprit d'Escalier

Hoy fue un día demasiado asfixiante, seguramente.

Después de tantas premisas, llegué a una conclusión incómoda: de nada sirve acordarme de todos; mis pensamientos no hablarán por mí. Y a medida que me acercaba a la facultad, la mochila se volvía cada vez más pesada, y esa persona que estaba a mi lado no estaba allí porque yo hubiese hablado, sino porque ella misma había venido a buscarme.

No sirvió de nada todo lo que aprendí en una vida. Las relaciones sociales comenzaban a cesar mi respiración mientras...

...mientras todas esas personas que decían estar conmigo esperaban que hablara.

No puedo emitir palabra sin aire.