lunes, 8 de julio de 2013

De como el Ácido Nítrico reacciona con la piel y otros desafortunados experimentos

Estaba muy emocionada (?) porque era la primera vez que volveríamos juntos.
El sol te daba en la cara y nos daba esa calidez que las malas decisiones nos habían sacado.

¿Te comenté alguna vez que soy mala platicante? Me sentí más aliviada cuando me dijiste que estabas muy cansado y luego, un poco apenada, te respondí que lo mejor sería que duermas en todo el trayecto.

Me mataba de risa ver como te balanceabas. Bueno, no tanto: estar con vos me produce una sonrisa incontenible.
El viaje me pareció realmente corto. Una mala jugada de la cotidianeidad -Teoría de la Relatividad le dicen-. Y cuando bajabamos, ¡por Dios! ¿por qué hiciste eso? Sabés que las cosas 'inesperadas' son mi debilidad. Nunca me hubiese esperando que bajaras primero y me dieras la mano para ayudarme a bajar.

Por último, cuando caminamos hacia la estación por ese camino que no conocía. Le rogaba a todos los dioses por una señal, una mínima señal.

Igual, nunca llegó.