domingo, 16 de marzo de 2014

Entre fantasmas no hay que pisarse las sábanas...

(...o cómo la chica asocial conoció a un hippie)

Ya se me está pasando, igual.
Es como estar en síndrome de abstinencia -dije- Lo peor ya pasó pero...duele la comparación.

¿Como podría ser un error el haberlo conocido, si cuando lo vi por primera vez tuve la imperiosa necesidad de abrazarlo?
Cuando una persona me toca y no me siento incómoda, sé que será especial para siempre. Sé que algo nos unirá muy fuertemente; y no, no hablo de noviazgo, ¡si Mauro también me toca, y no somos novios!

Sin embargo, parece que esta vez me equivoqué.